NUESTRA PROPUESTA
La Educación agustiniana en su inicio invita a vivir desde la interioridad, a descubrir en el corazón la verdad, la realidad, los valores y sobre todo a Dios quien permite una dinámica existencial a plenitud.
Para San Agustín educar es humanizar, encender en cada hombre la posibilidad de hacerse con los otros y lograr comunidad de hermanos; es por eso que la fraternidad se vuelve un objetivo propiciador de una sociedad justa y renovada.
El proyecto Agustiniano fundamenta su quehacer y su aventura en una vida "desde el amor" motivando y gestor de toda obra, clave primera para trascender limitaciones y obstáculos, y primordialmente generador de libertad y generosidad sin condiciones.
Realizarse al estilo agustiniano es buscar continuamente, en la intimidad, a Dios, que invita a la sabiduría del buen vivir, a la fraternidad con todos los hombres, a superar errores y tropiezos, a compartir en amistad y a transitar el propio camino con amor y ciencia.
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